Una vez en el avión, Cris y yo buscamos nuestros asientos y
nos sentamos. Hablamos de todo lo que vamos a hacer en Doncaster hasta que el
misterio chico de la gorra se sienta al lado de mí.
¡Hola! – Le dice Cris con un tono alegre
Ehh…. –Dice el chico
¿Qué le pasará? –Me dice mi amiga por lo bajo. ¿Cómo te llamas? –Le pregunta Cris.
No te importa. –Le dice el chico a Cris en un tono
desagradable.
Vale ¡BORDE! –Le dice Cris con el mismo tono.
Cállate, que tu voz hace que me sangren los oídos. – Le dice
el chico.
¡Pero tú quien te crees para decirme eso! – Le dice Cris
enfadada mientras se incorpora de su asiento y le quita la gorra que le tapa
toda la cara.
Cuando Cris le quita la gorra no puedo evitar mirar la cara
de ese misterioso chico, entonces sus ojos, esos ojos azules grisáceos me
llevan a mi más tierna infancia, aquella en la que mi mayor preocupación era
que vestido le pondría a mi muñeca y esa sonrisa torcida me recordaba al chico que en una etapa de mi vida fue mi mejor amigo y
en el único chico en el que podía confiar.
¿Marcos? – Le pregunto
¡Marcos! –Grito extendiendo los brazos hacia él para
abrazarle y el responde a mi abrazo.
Cuando termina el abrazo miro a Cris que esta con la boca abierta y tiene los ojos
como platos.
Ehh….Eli….mi amor…. ¿Tú de que conoces a este subnormal? –
Me dice Cris.
Subnormal tu. – Le dice Marcos antes de yo la pudiese
contestar.
Chicos parar ya. –Digo. Cris este es Marcos, el chico que se
tuvo que ir a vivir fuera de Madrid por el trabajo de su padre, además te
deberías acordar porque hace poco estuvimos mirando mis fotos de cuando era
pequeña y él salía en la mayoría. – Le digo a Cris.
Ahh….El Sherk....Ya me acuerdo. Pues por lo que veo, no has
cambiado mucho. – Dice Cris mirando a Marcos.
¿¡Como que Sherk!? Pero tú te has mirado a un espejo,
si parece que tienes un pico de tucán en
vez de una nariz. – Dice Marcos entre risas y mirando a Cris.
En ese momento le digo a Cris que me cambie el sitio y ella
me lo cambia con cara de extrañada. Me intento dormir pero los gritos de Cris y
Marcos no me dejan así que decido coger mi Ipod y oír a One Direction, a los
pocos minutos se me empiezan a cerrar
los ojos hasta que me quedo dormida.